Es fascinante comprobar cómo el pueblo se levanta en pos de una teórica democracia real.
Necio, ¿en que país hay democracia real? Y, necio, ¿dime un ser humano perfecto carente de interés personal? Democracia real corresponde a una cadencia de letras que conforman un sueño de ilusión, algo utópico, de hecho, me pregunto cuántos de los que trabajan, aún cobrando una miseria, han acudido. Yo soy el menos indicado para criticar ese movimiento, sólo queda imaginar de qué manera les critican los que merecen.
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