sábado, 30 de abril de 2011

¿Y qué?

A la vez que bajaba por mi calle, subía una anciana por la misma, iba arreglada, portaba dignidad, era fácil adivinar que siempre fue guapa, conseguía vencer el duelo con la edad. Empecé a proyectar toda una vida que habría tenido ella, una infancia complicada merced del hambre generalizado en la posguerra, hasta que, no corta ni perezosa, decidiría ella que se marcharía a otra ciudad, a Madrid, la capital, allí se enfrentaría a numerosos obstáculos que se interpondrían en su camino, como el desprecio y la infravaloración por parte de los hombres, la falta de subsistencia económica o la excesiva escalonación de las clases. Más tarde, tras duros años de trabajo e insistencia, se marcharía a Málaga a disfrutar de su pequeño capital económico. Conocería allí al hombre de su vida, haría amistades para suplir a los que dejó atrás, poco a poco con tiento y tesón formaría una gran familia, se afianzaría aquí dejando pasar dulcemente los años y más tarde subiría una calle.
Era esa una historia, quizás parecida quizás no, podría llevar sobre sus hombros cualquier pasado, pues cada una de sus arrugas que tan elegantemente llevaba era un surco de su vida, sus ojos denotaban cansancio pero satisfacción, y se notaba educación, inteligencia y saber estar. Cualquier historia podría ser.

P.D.: Por cierto, se me olvidaba, iba en silla de ruedas, solo tenía una pierna.

miércoles, 27 de abril de 2011

Juzga

Se me cruza la tristeza
reclamándome realeza
mientras bajo mi cabeza
y pago con lágrimas
que me regaló la Virgen de Fátima,
mientras pena mi ánima,
que entre momentos anodinos,
soporto intenso dolor cansino.
Y en el camino
se interpuso retadora la amistad
invitándome a un mano a mano,
no pude sino mirar sin más,
pues será mi corazón insano,
pero mi alma de cristal,
que ni protesto ni hilvano,
sino que me entrego vendido.
Con mi dulce orgullo derruido,
me postro de rodillas hundido,
esperando que dicte el juez,
que el verdugo rompa la nuez
y me reclame Lucifer.
Abrázame y dime que no es amor,
y dime que es amor,
y dime que hace calor,
y dime que es esto frío,
que así sonrío,
pues es la vida un río,
que es éste corriente inexorable,
que serán momentos estables,
y otros insoportables,
pero es necesidad tu fiel compañía,
es necesidad esta letanía,
es necesidad que me des alegría.

Alcohol de una vida

Lágrimas de ron
al mejor postor,
vodka barato
para el más novato,
whisky cuarentón
del solterón,
chupito aguado
para el cagado,
es garrafón
del borracho simplón,
el malibú de hace un rato
es del timorato,
vino dulzón
para quien vive en desazón.
Noche en cóctel,
caricaturas en póster.

domingo, 24 de abril de 2011

Histeria

Ríe usted, histriónica,
sonrío yo histérico.
Cansina es la búsqueda
que termina en otra pérdida.

Soy triste caballero andante
sujeto al alambre,
no mandé nada al traste,
pues nada empezaste.

Mi triste figura
sufre sin dulzura,
me llamas querida ricura,
¿qué eres? Verduga que tortura.

sábado, 23 de abril de 2011

AMOR DISPLICENTE

“El amor es el repentino deseo de hacer eterno lo pasajero”. Tras leer esa cita de De la Serna apagó la pantalla y se paró a meditar, cuán le había dado y quitado el amor en los últimos meses, que fueron turbulentos, que lo introdujeron en una borrachera sentimental y finalizó en un cataclismo, dejando su corazón solo en la calle de la amargura. Sin embargo, a pesar de las diferentes experiencias vividas, a pesar de estar su corazón ya torturado y su alma deseaba soledad y meditación, él empezaba a removerse incómodo numerosas veces, a ponerse nervioso cuando ese nombre aparecía en la columna del tuenti-chat, cuando avanzaba en el pasillo, se paraba a pensar detenidamente en qué diría, en cómo conseguir que ella se fijara en él, en que ella fuera a la cama feliz con él en su cabeza y su corazón. No obstante, parecía imposible, era ella tan imponente, tan diferencial, su hermoso rostro no hacía más que extasiarlo, su sonrisa, blanca como las margaritas, dulce como los jazmines, ojos límpidos, cabello rebelde… Pero aquello apenas le importaba, a él le fascinaba el caballo salvaje que cabalgaba por los lares de su personalidad, era pues ella admirable, su mirada altiva era la fachada perfecta de un alma incontrolable, por donde fluían sin cesar sentimientos que él observaba con sorpresa, le incitaba a explorarla, a conocerla, a llegar hasta lo más hondo de ella, pero, ¿cómo hacerlo?, aquel era un desafío inabordable, era ella inabordable, infinitamente superior. Todos esos pensamientos se sucedían velozmente, hasta que volvió a encender la pantalla y pulsó Inicio, ahí estaba, aquel maldito estado, aquel estado que no podía comprender, que hacía que odiara al otro hombre. Decía así:
“TE QUIERO”.

miércoles, 20 de abril de 2011

Amor

Rompo una lanza en favor del amor. Es su búsqueda incesante y, en muchas vidas, eterna. Existe quien muere sin el privilegio de haber gozado de éste, pero también existen muchos que creen haber gozado, cuando no es así, confunden el amor con la amistad manchada de sexo. Una amistad como tal es una de las cosas más maravillosas, la amistad con sexo que se convierte en noviazgo termina antes que la muerte o cae presa del hartazgo y el hastío, pero ¿el amor?, ¿no somos conscientes de que por amor a una persona somos capaces de cualquier cosa? Si es necesario damos nuestra vida antes de que el otro se despoje de ésta, estamos dispuesto a los sacrificios diarios y en los momentos bajos, pues el amor no es perfecto, es el pañuelo que se lleva la lágrima y nos recuerda el privilegio del que gozamos. Es lógico necesitar la amistad, necesitar el sexo, pero una vida sin amor se convierte en intrascendente.
Rompo una lanza en favor del amor.

Bendita esencia.

¿Qué pasa cuando escribes algo y todos alaban?
Es gratificante.
¿Qué pasa cuando uno no dice nada?
Es desconcertante.
¿Qué pasa cuando ella no dice nada?
Es decepcionante.
Es amor.

martes, 19 de abril de 2011

Sadness

De proponerse un debate sobre la tristeza, ¿cuantos aceptarían?, es un sentimiento del cual muchos reniegan con miedo, un sentimiento que, lógicamente, nos oprime, esa opresión, ese sentimiento, tiene su origen en muchas situaciones, el abandono de una amistad, la traición de una persona, la muerte...
Pienso en todo caso, que no deberíamos renegar de ella, la tristeza puede fortalecernos, cierto es que, cuando ésta empaña nuestras vidas y nos ciega deseamos desesperadamente liberarnos, pero si lo sabemos administrar, se convierte en una virtud de valor incalculable, es una forma de no volver a tropezar con la misma piedra y saber reaccionar en los momentos mas difíciles en los que nos sentimos condenados. Hay quien piensa que estoy loco, que esto que estoy escribiendo es una verdadera estupidez, pero escribo esto en un momento que es comparable al que explicaba poco atrás, y me reafirmo, hay que saber usar los sentimientos, sentirlos y administrarlos.

lunes, 18 de abril de 2011

Antítesis diabólica


Dicen que en Libia se viene todo abajo,
que aquí no hay trabajo,
que el dolor domina Japón
y que en África hace tiempo que se perdió la razón.
Se regodean polítcos de votos,
sociedad infecta, son todos devotos
del Mc’Donalds y el Burger King,
hace tiempo que olvidaron a San Agustín.

Mientras tanto toca un loco el bajo,
un enamorado cae bajo,
el mundo es tentación
y Cupido rompe mi corazón.
Mientras recojo con alegría loto,
que es agua del loco,
acuden todos al jardín,
en busca de alegría borracha sin fin.

Aparece

¿Dónde está aquella que sorprenda,
que me haga arrastrar,
que me convierta en denostado Romeo?
¿Dónde estás?
Ábreme,
explórame,
lee mi corazón,
hazme perder la razón.
Aparece soñada deidad.

sábado, 16 de abril de 2011

Perdón

Hay miles formas de pedir perdón, en persona, por carta, por tuenti, por facebook, por móvil, por grafitti, por blog...
Ninguna será jamás la más adecuada para el momento concreto, si puede ser la más valiente, la más atrevida, la más cobarde, etc. Por cuál optar es una decisión que ha de tomar cada uno en función de las variantes, pero jamás se podrá ser más cobarde que cuando no se pide perdón, jamás se caerá tan bajo.
Aprópiate del título.

jueves, 14 de abril de 2011

In me omnis spes mihi est

Toda esperanza reposa en mí.
Es ésta una gran verdad la que encierra esta frase, este servidor ha podido comprobar eso mismo en los últimos días. Somos nosotros los que ejecutamos la acción, somos nosotros los que toman la decisión final, aunque podemos reconocer que los factores externos puedan influir en las opciones que se presenten ante nosotros, defiendo de forma abnegada el proverbio que ejerce de título, pues la esperanza tiene plácido cobijo en nuestro corazón, en él se encuentra cómodo y en él debemos refugiarlo, ha de ser rayano lo irracional, el uso preferente de la razón, además de ventajas, rechaza valores y virtudes tales como la esperanza, pero no podemos caer en el error del desuso de la razón, hemos de practicar el equilibrio. Ese equilibrio incidiría notablemente en la exaltación de este valor que nos empuja decisivamente, la esperanza que guardamos en nosotros es motor de nuestras acciones e incluso cambia cosas futuras que se ha presupuesto que serían de otra forma, convierte las cosas impredecibles y la vida se torna imprevisible.
Debemos pensar, eso siempre, pero jamás renegar del corazón y los sentimientos, ¿es conveniente remitirse a Nietzsche?, sí es conveniente ser valiente, animo a mirar el corazón más y animo a no obsesionarse con aspectos como la matematización de las cosas, la visión científica o la racionalización excesiva, animo a ser humanos.

domingo, 10 de abril de 2011

El fútbol de la vida

Ondeando con orgullo la bandera desde la grada, arrebatado de pasión, expuesto al más exacerbado irracionalismo, gritaba enloquecido el hincha sujetándose como podía a los barrotes, que lo salvaban de una muerte segura. 3 metros más allá coreaba otro seguidor la canción que predominaba en la curva desconsolada repleta de enfervorecidos hinchas.
A pocos metros, separados por una frívola valla, observaba atentamente el juego otro espectador más discreto, que estaba cómodamente sentado sobre su asiento flanqueado por dos desconocidos que le veían cada dos domingos en el mismo sitio.
Un tanto más separado de los otros, se removía incómodo sobre su localidad otro que parecía no estar muy atento al partido, estaba pues discutiendo onerosamente con su socio a través del móvil, ni siquiera cuando pitó el colegiado penalti reaccionó. A su lado se sentaba su hijo, que observaba el partido extasiado y se percataba de las diferentes reacciones alrededor suya.
Son las tres situaciones diametralmente opuestas, el que va al estadio a disfrutar, a corear himnos, a dejar su corazón; el que estudia el juego atentamente, reacciona discretamente y se relaciona lo justo con los demás; el que permanece con el móvil, que no es consciente de que los negocios copan su vida y que sin interés alguno acude al estadio simplemente por su hijo.
Esas tres situaciones son fácilmente aplicables a la vida, está el que llega al mundo para quedarse, el que llega para apartarse silenciosamente y disfrutar a solas o el que no comprende su propia vida, el que no la controla.

Es amor engañado

El río que se lleva toda corriente,
la copa que mata sentimientos,
la morfina que vacía la mente,
la duda que hunde cimientos,
el esplendor que torna en decadente,
la miseria que aborta enriquecimiento,
el corazón que todo ve intrascendente,
la pena que imipide el florecimiento,
la negativa que vuelve todo descendente.

¿Cómo salir de aquí?

Cruza la calle del desamor,
recorre la avenida de la injusticia,
a la altura del puente del raptor,
baja por el paseo de la avaricia.

Prosigue por la calle de la locura,
cruza la plaza de la matanza,
anda la avenida de la tortura,
y gira en la glorieta de la venganza.

Admira la estatua del error,
rodea la calle de la inmundicia,
pásate a la avenida del rencor,
al lado de la plaza de la envidia.

Tétricas calles conforman mi corazón,
oscuras avenidas ahogan mi alma,
acude y soluciona mi desazón,
haz que recupere mi tan preciada calma.

sábado, 9 de abril de 2011

La sonrisa más hermosa del mundo.

Un día, lejano de los que transcurren ahora, se levantó un hombre con una idea en la cabeza, encontraría la sonrisa más hermosa del universo. Comenzó en su pequeño planeta, andando sin temor pregonaba su extraña y desorbitada idea, numerosas mujeres e incontables hombres sonreían a su paso, por si sucedía, por si aquel extraño hombre se detenía y le elegía. El hombre se marchó decepcionado de su planeta, visitaría otros, sabía que en el universo giraban incontables planetas, tenía también paciencia y vida para visitar todos, para lograr triunfar en su imposible empresa.
Pasaron días, semanas, meses, años, el hombre seguía fracasando, conoció sonrisas que le extasiaban, que le hacían sonreír a él también, que le hiciera dudar, que le hicieron quedarse un tiempo en el lugar, sonrisas de todas clases, sensuales, tristes, alegres, provocadoras, frívolas, emotivas, dubitativas… Tantas sonrisas que llegó a pensar en desistir, eran muchas elogiables, pero todas banales…
Décadas después volvió derrotado a su casa, vio su planeta desolado, estropeado, triste, lleno de celo, él, amargado e impactado se refugió en su casa, abandonándose a la nostalgia y el recuerdo de sus largos viajes, y así paso lentamente el tiempo.
Artrítico y viejo, se dignó a dar un lento paseo por los alrededores, mientras caminaba saludaba a los diferentes vecinos que conformaban su triste planeta, cuando vió una persona de espaldas la cual no terminaba de definir, se acercó a ella y le tocó la espalda, entonces ella se volvió y el hombre se asombró, se extasió, se sintió transportado, acogido en un cálido hogar, se sintió pleno, había logrado triunfar en su vieja empresa, había encontrado la sonrisa más hermosa del universo, se le acababan los calificativos para definirla, sincera, acogedora, reconfortante, cálida, amistosa, feliz… Ninguno terminaba de estar a la altura, era lo más bello que había visto. Con el descaro que se le caracteriza a los más ancianos, el viejo pidió invitarla a un café en su casa, le ofreció incluso piruletas, simplemente quería conocerla.
Así pues entablaron amistad, y pasó poco tiempo cuando la salud del hombre se resintió gravemente, el doctor ya daba su pésame y, hundida, lloraba la hermosa niña, débilmente, preguntó el viejo porqué lloraba, la niña, con miedo, respondió que lloraba porque mañana no podría verle, ni tampoco pasado, ni tampoco el siguiente, no podría verle jamás. Conmovido el hombre respondió en su último estertor que se iba feliz gracias a ellas, que se sintió pleno gracias a ella, que él permanecería en su maravilloso corazón, y le dijo que lo más bello, lo que haría que recibiera la muerte tranquilo, era que se marcharía viendo como último la sonrisa más hermosa del universo.

viernes, 8 de abril de 2011

Semana ¿santa?

Queda una semana para la más grandiosa de Málaga, para la que convierte a la gran mayoría de los malagueños en fervorosos religiosos y esforzados marianos. No obstante, ¿también lo son a lo largo del año, o sólo se dejan llevar por la histeria colectiva que caracteriza estos días?
Es obvio que hay quien trata de mantener su fe y religiosidad las cuatros estaciones y que hay quien no por la Semana Santa se va a emocionar ni va a pensar más en Dios. Sin embargo, también es obvio la ingente cantidad de personas que sentirían vergüenza de tener que responder a la pregunta planteada, son una masa condenada a la publicidad y la moda, con la diferencia de que la Semana Santa es una moda permanente, una tradición. Esa vergüenza tiene su origen en la respuesta evidente, no todo el año son religiosos o marianos, no todo el año dedican un pequeño trocito del día a Dios o la Virgen, sin embargo, de forma humillante, transforman teatralmente sus personalidades y reclaman un hueco para llorar delante de la Virgen u ofrecen otro brazo para levantar al aclamado Cristo. ¿Cómo reaccionaría el que mantiene su opinión y actitud? Sería fascinante saberlo, sería genial saber si los prejuicios siguen condenando el mundo actual o si, hay quien muestra tener un corazón hondo y concede la oportunidad anual.