Queda una semana para la más grandiosa de Málaga, para la que convierte a la gran mayoría de los malagueños en fervorosos religiosos y esforzados marianos. No obstante, ¿también lo son a lo largo del año, o sólo se dejan llevar por la histeria colectiva que caracteriza estos días?
Es obvio que hay quien trata de mantener su fe y religiosidad las cuatros estaciones y que hay quien no por la Semana Santa se va a emocionar ni va a pensar más en Dios. Sin embargo, también es obvio la ingente cantidad de personas que sentirían vergüenza de tener que responder a la pregunta planteada, son una masa condenada a la publicidad y la moda, con la diferencia de que la Semana Santa es una moda permanente, una tradición. Esa vergüenza tiene su origen en la respuesta evidente, no todo el año son religiosos o marianos, no todo el año dedican un pequeño trocito del día a Dios o la Virgen, sin embargo, de forma humillante, transforman teatralmente sus personalidades y reclaman un hueco para llorar delante de la Virgen u ofrecen otro brazo para levantar al aclamado Cristo. ¿Cómo reaccionaría el que mantiene su opinión y actitud? Sería fascinante saberlo, sería genial saber si los prejuicios siguen condenando el mundo actual o si, hay quien muestra tener un corazón hondo y concede la oportunidad anual.
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